¿Sabes qué es un vino Joven? Hoy te lo contamos en este artículo ya que, a menudo, se tiende a confundir la excelencia de un vino con su tiempo de envejecimiento y crianza. De ahí, que muchos crean erróneamente que un vino Gran Reserva es de superior calidad a un Reserva, que este lo es a un Crianza y que un vino Crianza es mejor que un vino Joven. Lo cierto es que estas categorías en las que se pueden clasificar los vinos se realizan en base a su tiempo de crianza y no en base a su mayor o menor calidad, ya que esto dependerá de otros muchos factores como pueden ser la añada de la uva, el proceso de elaboración del propio vino, la valoración realizada por el enólogo, etc.

En este artículo te vamos a contar qué hace que un vino sea catalogado como Joven, hablaremos de su proceso de elaboración, de sus virtudes, de sus diferencias con otros vinos y te descubrimos uno de nuestros vinos jóvenes de mayor éxito, para que puedas poner en práctica todo lo que te contamos en este artículo. ¡Comenzamos!

Elaboración del vino Joven

Cuando hablamos de un vino Joven, hablamos de un vino que no ha pasado por barrica, y si lo ha hecho, ha sido durante un período de tiempo muy breve (recordemos que para que un vino sea considerado de crianza ha de haber permanecido durante un mínimo de doce meses en roble). En el caso de los vinos jóvenes, el embotellado se realiza inmediatamente después de la fermentación alcohólica, lo que hace que sean vinos más ligeros que los que han estado en contacto con la madera. El tiempo de guarda, si se da, dependerá de la elección de cada bodega. Pero no es el envejecimiento el único condicionante de los vinos jóvenes. También son jóvenes los viñedos que se destinan a su elaboración, con uvas de maduraciones largas y taninos más suaves. Existen también diferencias en su fermentación, que en el caso de los vinos jóvenes se lleva a cabo con temperaturas más bajas y maceraciones más cortas, lo que potencia los aromas frutales propios de este tipo de vinos.

A los vinos jóvenes se les conoce también como ‘vinos cosecheros’ o ‘vinos del año’ porque se comercializan durante la última cosecha o, como mucho, durante la cosecha anterior, y están indicados para consumirse antes de los tres años, aunque lo ideal es hacerlo en los primeros doce meses después de su elaboración. Son vinos que salen al mercado poco después de la vendimia: en el caso de los rosados y blancos, durante los meses de noviembre y diciembre, y en el de los tintos, al tratarse de caldos más complejos, durante los primeros meses del año.

Ahora que ya conocemos las diferencias principales en la elaboración de un vino Joven respecto a los vinos Crianza o Reserva, veamos sus características formales para identificarlos una vez los tengamos listos para catar en nuestra copa.

Características de un vino Joven

Para conocer bien un vino Joven, nada mejor que probarlo, y seguro que, sin duda, muchos serían capaces de apreciar las notas que lo distinguen de uno con un envejecimiento mayor. Pero te vamos a adelantar algunas de sus características principales para que, en el momento de la cata, conozcas bien a fondo sus aspectos más definitorios.

• Aroma. Al ser embotellados poco después de su fermentación, los vinos jóvenes preservan y potencian con más intensidad sus aromas primarios y secundarios. Los primarios, es decir, aquellos que proceden directamente de las uvas que se han empleado para su elaboración, contienen notas a fruta fresca, a vegetales, a flores, a especias y a minerales. Los aromas secundarios de los vinos jóvenes son aromas de fermentación, lácticos o amílicos.
• Color. Los colores de los vinos jóvenes son otra de las características que más definen a este tipo de vinos y que nos permite identificarlos con facilidad. Se trata de vinos de colores brillantes y vivos, con cuerpo moderado, y que van perdiendo viveza cromática con el paso del tiempo hasta alcanzar otro tipo de tonalidades.
• Sabor. Al tener menor carga tánica, los vinos jóvenes son vinos ligeros, suaves, con sabores equilibrados y muy fáciles de beber. Su sabor dependerá del tipo de uva con el que se haya elaborado, por lo que si hay una nota principal que caracterice a los vinos jóvenes es que son vinos esencialmente afrutados.

Un excelente vino Joven

Una vez superado el mito de que los vinos jóvenes son de menos calidad que los que han envejecido en barrica y conociendo ya sus características más definitorias, ¿por qué vino joven decantarse? Te recomendamos probar nuestro vino tempranillo de Faustino Rivero Ulecia, un tinto excepcional que en 2020 obtuvo el Oro en el Berliner Wein Trophy. 

Se trata de un Rioja elaborado con Tempranillo y Garnacha, variedades que le otorgan un sabor goloso y redondo, de taninos suaves y maduros con un final largo y frutal, como es habitual en los vinos jóvenes. En nariz se siente como un vino de aromas a frutas rojas maduras y notas balsámicas y su color sorprende por un vivo rubí cereza con tonos violáceos. En cuanto a su maridaje, es un caldo ideal para acompañar carnes rojas, cordero, caza, quesos y tapas.

Como ves, los vinos jóvenes son vinos versátiles, suaves y que tienen unas cualidades excelentes de las que tanto paladares expertos como aficionados, podrán disfrutar en cualquier ocasión. Y a ti, ¿ya se te ha despertado la curiosidad por probar nuestro vino Joven?