¿Eres mayor de edad?
El mundo del vino es sencillo de aprender a disfrutar. Sin embargo, cuando empezamos a interesarnos por conocer a fondo algunos términos para entender su significado, a veces podemos llegar a sentirnos ciertamente abrumados por la gran complejidad de palabras nuevas a las que nos acerca el universo enológico. Para quitarnos un poco esos miedos iniciales y poder llegar a disfrutar el vino en un nivel de profundidad superior, lo mejor es ir aprendiendo a nuestro ritmo. Para hacerlo, hoy queremos descubrir un nuevo concepto enológico muy utilizado para hablar de algunos tipos de vinos y que hace referencia a un paso concreto de su proceso de elaboración que es fundamental para definir sus características organolépticas. Se trata del término coupage, con el que nos referimos a los vinos de mezcla, que como veremos a continuación, no son todos iguales.
Hoy nos proponemos aprender qué es el coupage, descubrir en qué consiste esta técnica de elaboración de vinos, quién se encarga de llevarla a cabo en el contexto de la bodega y cuáles son los tipos de coupages más comunes con los que podemos encontrarnos.
El coupage es un término de origen francés que se emplea para denominar a la técnica de mezclar distintas variedades de uva o distintos tipos de vinos ya fermentados, como parte del proceso de elaboración de algunos vinos. El objetivo del coupage es que cada variedad empleada o cada vino del que se parte, aporte sus características propias a la mezcla. Pero lo más interesante de la técnica del coupage no es el mero hecho de mezclar uvas o vinos distintos, sino ver en qué forma las características de unos y otros pueden llegar a combinarse entre sí, complementándose o contrarrestándose, para terminar dando un vino de mezcla cuya personalidad enológica vaya más allá de la mera suma de las partes.
El responsable de llevar a cabo la técnica del coupage en la bodega, dentro del proceso de elaboración del vino, es el enólogo. En base a los objetivos de elaboración y a las directrices que le sean marcadas desde la bodega, en cuanto al tipo de vino a elaborar y las características que se desean conseguir, el enólogo deberá seleccionar las variedades de uva más adecuadas a incluir en la mezcla. Lo hará en base a su conocimiento sobre las características de cada tipo de uva, jugando a complementar lo mejor de cada variedad para ensalzar los aromas, sabores, colores y el resto de matices del producto final en la dirección deseada. Así, deberá tener en cuenta factores tan diversos como el grado de acidez, la concentración de azúcares o la personalidad aromática que cada variedad aporta al vino. Y también el porcentaje de cada variedad que se incluirá en la mezcla o coupage para obtener el resultado adecuado.
Existen casi tantos tipos de coupage y formas distintas de llevar a cabo esta técnica como bodegas que la realizan. Y es que como en cualquier otro aspecto de la elaboración de un vino, a través del coupage se intenta también reflejar la personalidad enológica de la bodega. Y como se suele decir: “Cada maestrillo tiene su librillo”. Sin embargo, sí que suelen existir una serie de normas a la hora de llevar a cabo la técnica del coupage que sirven para unificar los criterios de elaboración dentro de una misma zona de producción de vinos o ciertas directrices marcadas por cada Consejo Regulador de la Denominación de Origen en cuestión. Sobre todo, en lo relativo a marcar ciertos límites en cuanto a las variedades de uva aceptadas para la producción de vinos de mezcla o de coupage dentro de una misma Denominación de Origen, así como a los porcentajes mínimos y máximos de cada variedad que puede presentar la mezcla.
Sobre la forma de proceder a la hora de realizar el coupage, lo más tradicional es definir primeramente la variedad que será la dominante en la mezcla, en función de la directriz enológica marcada por la bodega. A continuación y después de realizar los correspondientes análisis de laboratorio y de cata técnica del mosto o del vino producido, se deciden las variedades a utilizar para matizar o potenciar ciertas características de aroma, sabor, color o textura aportadas por la variedad dominante. Y también se decidirán los porcentajes idóneos que cada variedad aportará al coupage.
En cuanto a los distintos tipos de coupages más habitualmente empleados en la elaboración de vinos de mezcla, podemos destacar los siguientes:
Para finalizar y como hemos visto, los conceptos de vinos de coupage y vinos monovarietales no tienen por qué ser necesariamente opuestos. Y así, podemos tener vinos de coupage elaborados a partir de una única variedad. E incluso es habitual que las Denominaciones de Origen acepten un cierto grado de tolerancia a la hora de incluir más de una variedad dentro de la elaboración de los vinos varietales. Sin embargo, en el caso de los monovarietales, estos deberán ser elaborados a partir de un mismo tipo de uva en una proporción del 100 %, como bien te contamos en este otro artículo.
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