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Principal población de La Rioja Baja, con un gran patrimonio histórico, esta ciudad deleita a todos los que la visitan. Por eso, a la pregunta de qué ver en Calahorra y alrededores, solo podemos responder dejándonos llevar por sus caminos legendarios, callejuelas laberínticas y vestigios de su esplendor románico.
Cobijada por las márgenes de los ríos Ebro y Cidacos, la pequeña ciudad de Calahorra se ha hecho famosa por la fertilidad de sus tierras, lo que la ha llevado a ostentar el merecido título de Capital Riojana de la Verdura.
Calahorra fue, en un principio, un asentamiento ibérico, que posteriormente estuvo bajo la ocupación romana. Además, forma parte de la Ruta Jacobea del Ebro, siendo un paso obligado para quienes se aventuran en los caminos de Santiago. Pero también sus senderos se cruzan con otros puntos históricos como el barrio judío medieval que forma parte de la Red de Juderías de España o Caminos de Sefarad.
Con una carta de presentación como esta, la visita se convierte en necesaria y solo falta decidir qué puedes ver en Calahorra y sus alrededores. Nosotros te aconsejamos seis paradas imprescindibles.
En esta parte de la ciudad se encuentran los edificios más representativos en cualquier visita. Su importancia estratégica en el pasado la ha convertido en uno de los centros históricos más destacados de la región. Desde la catedral a la judería, es un paseo obligado perderse por sus callejuelas y disfrutar de su rico patrimonio.
Si te preguntas qué ver en Calahorra, la catedral es, sin duda, uno de los monumentos más importantes. No solo porque es una construcción de gran atractivo estético, sino también por su importancia histórica.
Situada en la zona baja de la ciudad, junto al río Cidacos, con su estilo gótico y una decoración interior barroca, este monumento se considera uno de los más importantes de Calahorra. Cuenta con una estructura de cruz latina y está formada por tres naves. Junto a la catedral, encontraremos también el Museo Diocesano, el Palacio Episcopal y la Plaza del Cardenal de Cascajares.
Aquí vivía la que fue la mayor comunidad hebrea de La Rioja. Pueden apreciarse muestras de ella en las enroscadas y estrechas callejuelas del barrio histórico.
Aunque es imposible rastrear con precisión en qué época tuvo lugar este asentamiento, los registros más antiguos datan del siglo IX. Es sabido que su presencia fue clave para la vida cultural, social y comercial de la región en la Edad Media, hasta la expulsión de los judíos de los reinos de Castilla y Aragón en el Siglo XV.
Este museo es una de las marcas de identidad de la ciudad, porque a través de una muestra interactiva y audiovisual construye un paseo por la historia de la huerta en la ribera del Ebro al tiempo que expone la importancia de los cultivos de la zona. Un lugar ideal para disfrutar con niños.
Este edificio alberga la colección arqueológica de la ciudad y de otras partes de La Rioja. Situado en un palacete modernista, cuenta de forma didáctica y amena el paso del imperio romano por Calahorra, permitiendo así descubrir el testimonio histórico de su presencia en la región.
Muy próxima a la oficina de turismo de Calahorra y el mercado de Abastos, se encuentra la iglesia de Santiago, una edificación que data del siglo XVII y que se construyó sustituyendo al antiguo templo llamado Santiago el Viejo.
Teniendo en cuenta que se la denomina capital de la verdura, no es de extrañar que la gastronomía sea uno de los grandes reclamos turísticos, y no hay que dejarlo de lado en tu visita a esta zona. Lo mismo sucede con algunas regiones aledañas, que comparten la fertilidad de los suelos y la popularidad en el cultivo de alimentos.
Muy cerca de Calahorra se encuentra Arnedo, la tercera ciudad más poblada de La Rioja y destino de muchos de los que buscan disfrutar del enoturismo. A medio camino entre Calahorra y Enciso, Arnedo es una parada obligada en el Valle del Cidacos. En este destino destaca por excelencia la visita a la Cueva de los Cien Pilares. En realidad no es una sola sino un sistema laberíntico de grutas, nichos y galerías, caladas en el Cerro de San Miguel, que según se cree podrían datar del neolítico.
Pero esto no termina aquí. Si te preguntas qué ver en Calahorra y sus alrededores, además de poder visitar pueblos tan bonitos como Arnedo, resulta muy interesante completar tu escapada con la posibilidad de conocer a fondo la producción vinícola de la zona. Y es que el enoturismo es una de las tendencias turísticas que cada día gana más terreno, porque en una tierra donde el vino tiene tanta tradición histórica, ¿qué mejor que conocer una bodega degustar un buen vino después de un paseo por la ciudad?
A solo veinte minutos en coche desde Calahorra, situado en los alrededores de la ciudad de Arnedo podrás disfrutar nuestras Bodegas Faustino Rivero Ulecia y nuestra terraza wine bar, un espacio enoturístico de tradición familiar que se ha convertido en un punto neurálgico de la zona. Así que si te pilla de camino, te invitamos a conocer nuestra bodega y probar uno o varios de nuestros vinos a través de las distintas opciones de visitas guiadas que encontrarás aquí.
Y es que no puedes marcharte de La Rioja sin vivir una experiencia local, llena de matices, y de paso, llevarte a casa uno de los vinos más emblemáticos de esta región.
¿Vienes a descubrirnos?
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