¿Eres mayor de edad?
Es La Rioja una tierra de vino, parajes naturales, cultura y una gastronomía excepcional. Pero también es una región rica en aguas termales, lo que para muchos se ha convertido en la excusa perfecta de lo que se ha denominado como “vacaciones de salud”. Y no nos sorprende. Una escapada a un balneario es una apuesta por una vida más relajada, por el relax y por cuidar nuestra salud física y mental. También es una oportunidad para salir de la rutina y descubrir nuevos destinos turísticos.
Por eso, hoy te proponemos un viaje a un balneario centenario ubicado en el corazón de La Rioja y una visita a sus alrededores. Hoy viajamos al que ya es un clásico del sector termal de Europa: el Balneario de Arnedillo.
La historia de la relación medicinal entre el agua y el hombre viene de muy atrás. Mucho antes de que los gimnasios o el mindfullness llegaran a nuestras vidas, en la Antigua Grecia ya conocían los beneficios de lo que luego los romanos resumirían como “mens sana in corpore sano”. En el Siglo V a.C, en la ciudad-estado de Epidauro, veneraban las propiedades terapéuticas de las aguas termales e incluían en sus centros médicos manantiales de agua fría, piscinas templadas y baños de vapor. Pero fue tiempo después, durante la época romana, cuando Agripa, mano derecha del emperador Augusto, terminó de dar el impulso definitivo a los baños públicos con el diseño y creación de las primeras grandes termas en Roma, en el año 25 a.C. Después del nacimiento de las que fueron bautizadas como balneas thermas, los emperadores comenzaron una larga competición por construir los baños públicos más lujosos. Una de las grandes aportaciones del momento fue que estos centros no se limitaron a una inmersión en aguas termales, sino que también contaron con salas de masajes, de juego y de tratamientos para la piel, algo no muy diferente a lo que son los balnearios de hoy en día.
El Balneario Termaeuropa de Arnedillo se inauguró en 1847 y se convirtió rápidamente en uno de los destinos preferidos de la burguesía. Pero Arnedillo es desde hace siglos, un auténtico paraíso termal en cuyas aguas se han bañado personajes históricos como la Reina Bárbara de Braganza o el monarca Fernando VII.
El balneario se encuentra ubicado en la parte alta del Valle de Cidacos, a tan solo 25 kilómetros de Calahorra y 60 kilómetros de Logroño. Bajo su suelo, brotan siete manantiales de aguas termales de carácter mineromedicinal e hipertermal a una temperatura de entre 48 y 52,2 grados. Son aguas clasificadas como cloruro sódicas, bromuradas y sulfatado-cálcicas, ricas en magnesio y hierro. ¿Qué significa esto? Que son ideales para el tratamiento de enfermedades como la artritis, el reumatismo, la bronquitis crónica, la atrosis y el estrés. Además, en Arnedillo cuentan con un ingrediente natural que solo se encuentra en tres puntos de España, y que son los peloides, un barro vegetal con un alto nivel termpoterapéutico. Es decir, una poderosa combinación de elementos naturales que ayudarán a mejorar nuestra salud.
Tal vez la mejor opción para una escapada de máximo relax en el Balneario de Arnedillo, sea alojarse en una de las 133 habitaciones de su hotel. Te contamos de qué tratamientos y servicios puedes disfrutar durante tu estancia:
Estamos en La Rioja Oriental y el clima en Arnedillo es suave, al abrigo del viento entre las colinas de pinos. Después de unos días de relax y bienestar, salimos con la energía totalmente renovada de nuestro paso por el Balneario de Arnedillo, y nos encontramos con que estamos en una de las grandes mecas del enoturismo. Estamos en La Rioja, y sería imperdonable irnos sin disfrutar del sabor de un buen vino y sin visitar una bodega.
Si queremos hacer un poco de turismo antes de parar en los viñedos, podemos acercarnos hasta Arnedo, la tercera ciudad más poblada de La Rioja, y conocer su castillo o la Cueva de los Cien Pinares. O podemos visitar Calahorra, perdernos en sus calles laberínticas y conocer así su centro histórico y su rico patrimonio. O incluso conducir hasta Alfaro, lugar de paso del Camino de Santiago del Ebro. Eso sí, para visitar una bodega te recomendamos que reserves una mañana entera.
Nuestras Bodegas Faustino Rivero Ulecia se encuentran a poco más de diez minutos en coche del Balneario de Arnedillo. En la bodega, son ya cinco generaciones de trabajo de la vid, lo que suma más 120 años de historia y conocimiento de la elaboración del vino. En tu visita podrás conocer de primera mano cómo se elabora un vino, desde las características de la uva hasta el embotellado, podrás probar la gastronomía de la zona y, cómo no, realizar una cata de nuestros vinos más conocidos. Y es que, después de una escapada de máximo relax y desconexión, ¿qué mejor broche final que brindar con un buen vino riojano?
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