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No hay combinación más perfecta que la de vino y jamón, ¡es difícil negarse a un placer tan delicioso! En cualquier maridaje el gusto personal tiene su relevancia, por supuesto, aunque para una perfecta degustación habrá que considerar varios factores, como la intensidad del jamón y con qué finalidad queremos realizar la cata.
Si lo que deseamos es un maridaje de contraste, buscaremos una combinación que potencie más el sabor del jamón. Por otro lado, si lo que pretendemos es un maridaje de acompañamiento, se le dará más protagonismo al vino.
A continuación te vamos a dar una serie de trucos para acertar en el maridaje entre vino y jamón y que la mezcla de estos dos sabores te sorprenda por completo.
En general, el jamón es un producto bastante versátil, así que para triunfar en el maridaje entre estos dos productos, podrás dejarte guiar también por tus preferencias personales. Tanto un vino tinto como un blanco pueden ser buenos acompañantes, dependiendo de sus características específicas de gusto y textura.
Son muchos los factores que pueden influir en la degustación: las técnicas de preparación del jamón, si se trata de una variedad más o menos especiada, su proporción de grasa o los ingredientes con los que queramos juntarlo en el plato.
Un embutido más salado se degusta perfectamente con tintos de cuerpo medio y textura aterciopelada, que no resequen la boca. Si es especialmente graso y dulce, elegiremos un vino con una buena astringencia y una alta acidez, que ayude a aligerar la untuosidad de la carne curada en el paladar.
Pero, también un vino blanco seco o un espumoso clásico pueden ser una buena elección, si tenemos un jamón procesado de forma lenta y natural, así como un tinto más joven, fresco y afrutado.
Cómo ves, las posibilidades son muy variadas. Estas son solo algunas sugerencias generales, pero veamos ahora ejemplos más concretos.
Si hablamos de un jamón de cebo poco curado, este se podrá combinar perfectamente con un vino tinto joven o con un blanco, que podrá ser suave o espumoso.
Por otro lado, si el jamón es más maduro, caracterizado por un sabor más contundente y sabroso, lo mejor será disfrutarlo con vinos tintos, estructurados y robustos.
El jamón de Bellota se caracteriza por un extraordinario bouquet que deriva de su especial grasa oleica. Además, es importante tener en cuenta su grado de salinidad y de dulzor como variables para elegir el maridaje.
Como regla general, un buen vino tinto es la mejor opción, sin embargo, no se recomienda elegir un Reserva o Gran Reserva, ya que podría cubrir los matices gustativos del jamón. El Bellota es un producto muy delicado organolépticamente, por lo que es fundamental que el vino sepa adaptarse bien, potenciando su sabor sin alterarlo. Un tinto del año o Crianza serán excelentes alternativas.
Para acompañar este embutido, en el último tiempo, se ha dado especial protagonismo también a los blancos. En particular a los espumosos, que además de proporcionar un buen equilibrio entre la acidez y la grasa, tienen otra ventaja adicional: las burbujas ayudan a limpiar la boca. Incluso un fino o un manzanilla, pueden ser buenas elecciones: siendo vinos secos y ligeramente salados serán capaces de realzar el sabor sazonado del Bellota.
Los vinos dulces, sin embargo, no se aconsejan con jamones curados, debido a su alto contenido en azúcar que tiende a anular el sabor del embutido.
Por último, el jamón cocido, que sin duda tiene menos pretensiones como embutido de degustación, pero que también puede sorprender si se combina con un buen vino. Al ser menos salado y con un buen componente graso, se puede maridar con un espumoso, incluso un vino tinto dulce. Pero otra buena opción puede ser el blanco, privilegiando vinos frescos y afrutados.
Ahora que ya sabes los factores a tener en cuenta para un excelente maridaje entre vino y jamón, te recomendamos las mejores botellas de nuestra bodega para acompañar este maravilloso embutido y potenciar todos sus sabores.
Son dos vinos que se elaboran a partir de Tempranillo y Garnacha de Denominación de Origen Calificada Rioja. Tienen características organolépticas similares, si bien el Tinto es ligeramente de mayor gradación, unos 13,5º en comparación con los 13º de la Vendimia Seleccionada.
Se caracterizan por un color rojo rubí cereza, con matices violáceos. A la nariz percibimos aromas de frutas rojas maduras con tonos balsámicos. Se trata de vinos golosos y redondos, pero suaves en taninos y con final largo y frutal.
Tanto el Vendimia Seleccionada, como el tinto, son fantásticas opciones para acompañar a un buen jamón de cebo no demasiado curado y de untuosidad media.
Elaborado a base de Tempranillo y Cabernet Sauvignon, se caracteriza por un color rojo cereza muy intenso y tiene 14º de alcohol. A la nariz se muestra persistente, destacando aromas de fruta roja y notas especiadas, balsámicas, con toques de sotobosque y cedro. En la boca se aprecian unos taninos elegantes, no excesivos, que aportan complejidad, con un retrogusto largo y redondo.
Nuestro Crianza es un vino que te sorprenderá con toda su personalidad si lo combinas con una buena tabla de jamón de bellota, pues su tanicidad equilibrada sostiene perfectamente el gusto mantecado y dulce del embutido, sin imponerse demasiado y potenciando así todos los sabores y aromas de la bellota.
Llegados aquí, no cabe duda de que unir vino y jamón es siempre una buena idea, pero ahora ya sabes que la elección de la botella podrá resaltar aún más el sabor de tu carne curada. Esto hará de este maridaje una experiencia de degustación incluso más golosa.
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